Trabajar y competir

Muchos monitores dedican su tiempo libre a la competición. Esto conlleva sacrificio pues no resulta fácil compatibilizar nuestro trabajo con nuestras competiciones. Además, muchas veces por nuestros horarios tendremos dificultades para adaptarnos a la competición. Esta es mi experiencia a la hora de trabajar y competir.

¿por qué es bueno competir?

Competir siempre nos hace mejorar. Dice Jorge Martínez, el entrenador de las gemelas, de la Galán y Lebrón, que el competir no es pasar por encima al otro. Todo lo contrario, competir es demostrarse a uno mismo que se puede superar. La competición siempre nos hace ver qué podemos perfeccionarnos. Siempre hay algo que entrenar. Una cosa es competir y otra muy distinta es dar clases. Nuestro nivel debemos adaptarlo al nivel general de la clase y si no tenemos grupos de alta competición, será muy difícil mantener nuestra competitividad. Por eso, creo, es necesario hacer sacrificios y jugar torneos.

¿Qué implica competir y trabajar?

Para empezar, debemos sacrificar nuestro tiempo libre y no todos están dispuestos a hacer esto. Es lógico pensar que un monitor que da 30 o más horas de pista a la semana quiera tener el fin de semana para descansar, ver a su familia, a sus amigos o hacer otro tipo de actividades ajenas al pádel. Es normal. Por este motivo, no todo el mundo suele sacrificar su tiempo de ocio en favor de la competición.
Además,
competir conlleva un desgaste mental y físico. Jugar torneos es una actividad intensa: hay que cuadrar los horarios de descanso, las comidas, las rutinas de calentamiento y post partidos. Es una actividad que tiene muchos detalles si lo queremos hacer bien.
Sumando todo eso, debemos tener en cuenta que
nuestro tiempo de recuperación es prácticamente nulo. De un partido o un fin de semana de competiciones implica que sea cuando ya retomemos las clases, normalmente un lunes no tengamos apenas descanso. Por eso hay que mentalizarse de que no tendremos un descanso adecuado si decidimos competir. 

¿En qué más nos afecta?

Si la competición se adapta a nuestros horarios, tendremos que acabar nuestra jornada laboral y salir corriendo al torneo. Por lo que muchas veces no podremos hacer un buen calentamiento y no tendremos la opción de mentalizarnos para enfocar nuestra táctica. Todo esto con el riesgo de lesión que siempre está latente.
En el caso de que el torneo no pueda adaptarse a nuestros horarios,
muchas veces tendremos que pedir ayuda para que nos sustituyan en alguna clase. Esto no es lo ideal, puesto que nuestra actividad laboral es dar clase y no jugar torneos. Hay  casos en que se suspenden las clases (y se recuperan después) porque no hay sustituto y porque el monitor tiene un torneo donde competir. Pero repito, si un torneo nos coincide con nuestro trabajo, no deberíamos apuntarnos a dicho torneo.
En líneas generales, debemos saber que trabajar y competir es duro. Conlleva mucho sacrificio, pero con constancia y dedicación, podremos sacar buenos resultados.
Si competimos y tenemos buenos resultados, tendremos una mejor publicidad. El "boca a boca" dentro de un club siempre es bien recibido, pues nos daremos a conocer como jugador y como entrenador. Los comentarios del tipo "juega bien y además enseña bien" nos ayudan a mejorar nuestra reputación. Todo ello hace que a la larga nuestras condiciones mejoren y podamos exigir más beneficios por nuestro trabajo.